Sucedió que ayer por la tarde me encontraba sola, pensando en qué ocuparía las horas de un sábado de un fín de semana cualquiera.
Fuí en busca de la felicidad, al menos era ese el título de la película que proyectaban. No me importaba ir sola, no era la primera vez. Cuando llegué, descubrí que no había nadie que como yo, hubiese acudido en busca al menos del significado de esa palabra tan profunda y hermosa.
Así que ocupé mi butaca y me senté a observar con incredulidad que todo el mundo debía ser asombrosamente feliz pues su dicha se encontraba al otro lado de la sala, no necesitaban ir en su busca.
Entonces me di cuenta que una señora de avanzada edad subía trabajosamente las escaleras, también sola, sujetando su cubo de palomitas entre las manos. Me dijo "Hola, parece que no hay nadie más...!"
Y se sentó a mi lado. Me detuve a observarnos, yo, representando la juventud y en busca de la felicidad, y ella haciendo lo mismo habiendo vivido, reido, llorado y pasado por muchos buenos y malos momentos en la vida, seguramente...
Y ante nosotras se hallaba la imagen que aquí veis, todo era oscuridad, la pantalla de nuestra película estaba vacía, pero había luz...
1 comentario:
Hola India, que sigues siendo nena, que buscas ser feliz en la soledad de un cine anónima, con una también anónima viejecilla. Me alegro de haberte encontrado. por eso te traigo esta flor, recién cogida en mi alféizar.
Hasta cualquier otro rato, en que sigamos buscando cosas y nos encontremos.
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