jueves, 1 de marzo de 2007

NaDiE SaBe PoR QuÉ...PeRo Un DíA ...Se VaN


Y digo bien; nadie sabe por qué, pero un día se van...esto es lo que una mañana del mes de diciembre me preguntaba yo, cuando apenas un grito me sacaba violentamente del sueño que tanto me había costado abrazar esa noche...tal vez fuese un mal presentimiento, no lo sé, pero todo cuanto nos ocurre tiene su razón de ser, cada vez me convenzo más de ello.

Había estado sentada en mi sofá, en la oscuridad de la noche, viendo como mi pequeño daba vueltas y más vueltas (de acuerdo, sé que es un hábito de todos los canes) pero no obstante aquella noche lo sentí inquieto y así fué cómo yo cerré mis ojos por fín, de la misma manera, como si sus sensaciones fuesen inmediatamente las mías...y aquello no me gustó.

Cuando lo acaricié, le dije con toda mi ternura "descansa corazón, duerme bien, de acuerdo??"

Lo siguiente que recuerdo es que mi madre gritaba, lloraba desconsolada porque mi pobre perrito estaba en medio de un ataque y sufría convulsiones...y yo pensé "Dios mío, ayúdalo, por favor..."

Llámese Dios, o como quiera que sea, lo ayudó.

Fué a través de mí que lo ayudó.

Bastó un rato para aliviar su dolor, y ver como poco a poco dejaba de sufrir, yo fuí quién lo llevó en mis brazos a la clínica y quién permitío que lo hiceran dormir...

Y ahora duerme tranquilito, a veces se agita en mi corazón pero la mayor parte del tiempo reposa tranquilo y aliviado...

Leed, si quereis, esto que os cuento hasta el final, entonces os dareis cuenta como yo que la palabra adecuada no es SACRIFICAR...




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